Desembarcaste en el puerto equivocado,
inaugurando tus pecados.
Apúrate o no llegarás.
Tropezaste y no maduraste.
Te vi llegar donde no podías;
Te vi caer y lloraste al final.
Solo al final.
Te vi encender la llama que ardía.
Te vi quemar las cartas que en que decía que no llegarás.
Empacaste las maletas donde llevas los corazones, de todos los demás, y...
te fuiste a andar sin importar.
Navegaste por todos los mares y pregunto que es lo que haces, si no llegaras.
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