...Un poco de más. Un poco de menos.

Sus vidas se tropezaron 
como si las piedras fueran mas grandes que sus pies. 
Pero no hicieron mas que quejarse de dolores pasajeros. 
Sus pálpitos quebraban cada grieta amarga que tenían en el corazón. 
Y la lluvia de pensamientos invadía como un letargo agridulce.

Sus manos temblaban como si tuvieran vida propia. 
Las de él... bueno las de él buscaban refugio en el cálido rostro de ella. 
La veía tan bella. La veía tan dulce. 
No se lo creía. 
Pero sus pensamientos inoportunos interrumpian el bello momento
 para recordarles que era momento de suprimir recuerdos.

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