Diario de una planta que sería desplazada.

Un día mas de abril.
Cielo azul y despejado.
Calor intenso. Que sed.

Bastos días de quejas y sufrimientos.

No me quería hacer ideas en bosques nuevos. Nunca busqué ser trasladada a tierras diferentes, por el temor de que mis raíces no se adaptaran al suelo gris.
Yo soy del negro; de ese suelo negro que no necesita abono, que hace su trabajo solo. Que con solo acentar cualquier planta abraza sus raíces y no la deja ir. De ese suelo que es natural. Que con su amor nos hace permancer aun cuando en tiempos de poca lluvia tiene sed, sed de hacernos vivir.

A mi no me importa si aquí no hace tanto Sol. Yo con este calido suelo, repito, calido y negro, me hace bien. Sí, el Sol me ayuda a enverdecer mis queridas hojas, pero no hay que ser taaaan verde para vivir.

Que comoda estoy con este tono!
Este verde fue perfecto para mí.

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