Hace unos días iba en el metro, en la noche. No recuerdo si era a una clase o qué cosa, pero recuerdo que llevaba un mal genio.
La cara arrugada.
La boca desformada.
Con pupilas contraídas,
Y música a todo volumen.
No sabía porqué estaba así, qué me molestaba, ni si quiera estaba pensando en algo. Mucho menos estaba prestando atención a lo que sucedía a mi alrededor. La gente entraba y salía, y yo allí sentada con cara de ogro.
No obstante, una muchacha se sentó justo al frente. Se veía distraída, y eso me hizo pensar en como me veían los demás. Trate de cambiar mi cara, pero fue imposible en el momento. Y me pasó una sensación de querer cambiar la expresión de esa chica, aun siendo una extraña para mí. Luego pensé, "¿Cómo puedo cambiar el estado de alguien si no puedo arreglar el mío?". No dejaba de observarla. Su mirada totalmente ida al suelo, como si esperara que pasara algo por debajo de sus ojos. Hasta que chocamos miradas y le sonreí. Le sonreí para que sepa que no todo está perdido. Pase lo que le pase por su mente.
Y sonrió. No sé si arreglé su mundo, seguro que no. Pero a lo mejor necesitaba sonreir más. Así como yo me di cuenta que yo misma necesitaba sonreír también.
Cabe mencionar que ella tenía audifonos puestos, al igual que yo. Y al ver su celular, se notaba que subió el volumen, y sonrió, sonrió más. Fue una de esas sonrisas cuando recuerdas algo que te pasó. No se que estaba escuchando, pero eso le sacó una sonrisa mas grande que la que yo trate de sacar anteriormente. Pensé que seguro escucho alguna nota de voz de esas que se escurren en el reproductor de música. Y yo seguí allí, sentada, con cara de mal humorada todavía, como si no me fuera sufiente haber hecho sonreir a una desconocida.
Ella se quedaba en la estación que no recuerdo. Se levantó, y recuerdo justamente como caminó hacia la puerta con sus audifonos puestos y aún sonriente. Por mi parte, el reproductor cambió de música, y sonreí. Sí, sonreí al escuchar cual canción era. Me trajo a la mente un lindo recuerdo. Levanté la vista y el asiento de enfrente estaba vacío. Podía ver mi reflejo en el cristal del vagon. Y me vi sonriente. Mas bien con una pequeña sonrisa, de esas que no sabes bien si es una sonrisa. Y me reí, me reí de mí. de mi casi sonrisa, de mi cambio de expresión, de la canción, y de la sonrisa de la muchacha del metro.
La cara arrugada.
La boca desformada.
Con pupilas contraídas,
Y música a todo volumen.
No sabía porqué estaba así, qué me molestaba, ni si quiera estaba pensando en algo. Mucho menos estaba prestando atención a lo que sucedía a mi alrededor. La gente entraba y salía, y yo allí sentada con cara de ogro.
No obstante, una muchacha se sentó justo al frente. Se veía distraída, y eso me hizo pensar en como me veían los demás. Trate de cambiar mi cara, pero fue imposible en el momento. Y me pasó una sensación de querer cambiar la expresión de esa chica, aun siendo una extraña para mí. Luego pensé, "¿Cómo puedo cambiar el estado de alguien si no puedo arreglar el mío?". No dejaba de observarla. Su mirada totalmente ida al suelo, como si esperara que pasara algo por debajo de sus ojos. Hasta que chocamos miradas y le sonreí. Le sonreí para que sepa que no todo está perdido. Pase lo que le pase por su mente.
Y sonrió. No sé si arreglé su mundo, seguro que no. Pero a lo mejor necesitaba sonreir más. Así como yo me di cuenta que yo misma necesitaba sonreír también.
Cabe mencionar que ella tenía audifonos puestos, al igual que yo. Y al ver su celular, se notaba que subió el volumen, y sonrió, sonrió más. Fue una de esas sonrisas cuando recuerdas algo que te pasó. No se que estaba escuchando, pero eso le sacó una sonrisa mas grande que la que yo trate de sacar anteriormente. Pensé que seguro escucho alguna nota de voz de esas que se escurren en el reproductor de música. Y yo seguí allí, sentada, con cara de mal humorada todavía, como si no me fuera sufiente haber hecho sonreir a una desconocida.
Ella se quedaba en la estación que no recuerdo. Se levantó, y recuerdo justamente como caminó hacia la puerta con sus audifonos puestos y aún sonriente. Por mi parte, el reproductor cambió de música, y sonreí. Sí, sonreí al escuchar cual canción era. Me trajo a la mente un lindo recuerdo. Levanté la vista y el asiento de enfrente estaba vacío. Podía ver mi reflejo en el cristal del vagon. Y me vi sonriente. Mas bien con una pequeña sonrisa, de esas que no sabes bien si es una sonrisa. Y me reí, me reí de mí. de mi casi sonrisa, de mi cambio de expresión, de la canción, y de la sonrisa de la muchacha del metro.
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