Una rosa que corto sus espinas para no
dañar.
Esa rosa que marchita seguía con vida.
Con pulcritud y gotas de rocío persistió por amor.
Era de esas rosas que recitaban poemas para sanar.
De las que absorben la tristeza para que no afecte a los demás.
La rosa que ama con los ojos cerrados.
Pinta sus labios con cariño carmín
una rosa peculiar que desgataba sus pétalos en arduas
resistencias a tormentas con fuertes vientos.
Solo quería un ligero rocío de la mañana.
Lastima que las rosas mueren al llegar el invierno.
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