Querido Julio:
Puede que ciertas cosas siempre anden por mi cabeza y que a la larga siempre molestan. Simplemente las ignoraré, y me iré buscando tranquilidad como si no pasara nada. Ya es tiempo de unas vacaciones. Eso de hacerse los locos funciona de vez en cuando, y más cuando sabes lo que va a suceder como si tuvieras los poderes de leer las mentes o de adivinar cada cosa. Julio, la verdad estoy muy emocionada con este viaje, hace mucho lo esperaba, y más que ahora me voy contigo. Regalame risas, ojos achinados, dolores de panza por reír tanto y lagrimas de felicidad. Te prometo que haré caso omiso a los aconteceres previos que siempre me indignan. Gracias Julio por ayudarme a pensar en mí.
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