Sabores agridulces

Querido Julio:

Tus flores están afuera, a penas llegas y todas salen. Así mismo salen las ideas, los malos ratos y las veinticuatro mil formas de arruinarlo todo. No tengo remedio, Julio. Por ejemplo, ya me salté un día y no te hablé, y a penas llegas.

-El olor a verano a flote-

No me dejes caer, Julio. Mucho me costó levantarme. Hasta hace poco me di cuenta que los cambios sugeridos han traído consecuencias que no pensé me afectarían tanto, pero sigo bien, y liberada: de esa gente que desaparece de tu vida y creías que no superarías, y luego una mañana despiertas con un sabor agridulce y especial donde ya no los recuerdas, donde ya no sientes culpa. De esos cambios que agradeces luego cada día y noche porque mejoraste en otros aspectos, aunque te estés pudriendo por dentro.

"Quiero ver cosas nuevas pero no tanto, lo siento pero no soy así". Esperaré mejorías, aunque no sucedan cuando estés aquí, Julio.

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